Según un artículo del diario alemán Suddeutsche Zeitung, el inglés es el idioma más importante de Europa. La Unión Europa debe garantizar que cada ciudadano lo domine, y es el deber de cada ciudadano dominarlo.
Un político alemán del partido CSU declaró días atrás que los idiomas inglés y francés siguen siendo los preferidos en las instituciones de la Unión Europea, dejando de lado al alemán. Por lo que sugirió que la comunidad debería traducir los documentos oficiales con más rapidez y disponibilidad a su idioma natal, de modo tal que figuren otros idiomas aparte de esos dos. Para ello, afirma que el idioma es identidad, y en caso contrario, “se verían dañados el alma y espíritu de Europa”. Es decir, según la sugerencia de este político, Europa necesitaría menos traducciones e incorporar a su agenda más idiomas, en este caso, superando al más importante hoy en día: el inglés.
Veamos algunos números:
- El inglés es el idioma más hablado en la UE (38 %), le siguen el francés (12%), alemán (11%), español (7%) y el ruso (5%)
- Se habla en un 76% de cada estado- miembro, a pesar de que no sea el idioma oficial del país
- Dos de cada tres ciudadanos europeos están convencidos de que el inglés es su segundo idioma, después de la lengua materna.
Por lo tanto, Europa necesita al inglés como una lingua franca o lengua vehicular, adoptada para un entendimiento común entre personas que no poseen la misma lengua materna, a pesar de que Europa siempre se caracterizó por su diversidad, siendo ésta su gran fortaleza.
Los grandes beneficiados de que sus ciudadanos estudien inglés son los pequeños estados como Estonia, Lituania y Letonia, ya que sus visitantes se ven favorecidos de que los residentes hablen en inglés, al no poder entender el idioma de sus países. Los estados que más se oponen a que el inglés figure como lengua principal de Europa son Alemania, Francia e Italia, cuyas lenguas no tienen amenaza de desaparecer.
Más inglés no significa menos valoración de la lengua materna: las nuevas generaciones de europeos, los llamados “Generación Erasmus” valoran el hecho de que puedan entenderse entre ellos en inglés, sin importar si está bien hablado gramaticalmente. Sin embargo esto no implica un peligro para la lengua materna, ya que la persona que domina bien un idioma, aprende rápidamente otro, sin necesidad de perder el primero.
Como conclusión, unos datos alentadores: excepto Luxemburgo y los Países Bajos, el resto de los países europeos hablan dos idiomas extranjeros. El panorama ideal en la educación sería que cada niño europeo reciba clases de su lengua materna, del inglés y de un tercer idioma a elección: español, búlgaro, griego o polaco. Lo que demostraría no sólo curiosidad en aprender otra lengua, sino además, respeto e interés por otra cultura.